lunes, 2 de julio de 2012

PARA LA ALACENA




I.- Los maestros de la escuela decidieron hacer un concurso, pero no se les ocurría sobre qué. Que sea de carreras, dijo uno. No, dijo otro, que sea de palabras. A la una de la tarde pasó el director a todos los salones y dijo a los alumnos que fueran al patio central porque habría un concurso. Los niños salieron y se sentaron en los corredores. El director dijo: “Niños, ¿quieren concursar?”. ¡Sí!, gritaron. “Bueno, ahora la maestra Eugenia les dirá en qué consiste. El premio será una computadora personal”. Los niños aplaudieron. La maestra miró a sus compañeros y ellos bajaron la vista. La maestra caminó hasta el micrófono y dijo: “Queridos niños, hoy vamos a hacer un concurso diferente. Vamos a ver quién es el primero que se hace invisible. Levanten la mano los que quieran concursar”. Todos, sin excepción, levantaron la mano. “Bueno -dijo la maestra- en vista de que todos quieren concursar, lo van a hacer desde donde están sentados. El primero que desaparezca ¡será el ganador!”. ¿Niños, niños, dónde están?

II.- Armando estaba en una entrevista de trabajo. La Directora, con lentes y cabello recogido, le preguntó: “¿En qué ciudad nació?”, Comitán, respondió él. “¿Estado?”, preguntó ella y él también preguntó: “¿Emocional?”.

III.- El millonario, mientras le servía una copa de champaña a la chica que quería llevar a la cama esa noche, le preguntó: “¿Cuál es tu día favorito? ¿El viernes?”. No, dijo ella, mojando sus labios con el champaña, mi día favorito es ¡el diamante!

IV.- El maestro explicó: “Renacimiento significa: acción de renacer”. Un niño levantó la mano y preguntó: “¿Y qué es renacer?”. El maestro abrió el diccionario y buscó: p, q, erre, ra, re, ¡renacer!: “Volver a nacer”. Ah, dijo el niño, y qué es nacer. El maestro, ya enojado, buscó: “Nacer: salir del vientre materno”. Entonces el niño se rascó la cabeza y le dijo a María, su compañera de banca: “Es imposible que en los seres humanos se dé el renacimiento. Sólo una vez uno sale del vientre materno”. “Sí, dijo María, por esto a cada rato se da el recogimiento”. Y rieron, porque sabían que eran unos niños precoces.

V.- Un día decidimos nombrar aquello que no tenía nombre. ¿Cómo llamamos al instante en que una mujer decide volverse nube y forma tormentas?, le llamamos Isbssee. Todo tuvo nombre, con excepción del instante en que una nube decide volverse mujer. ¡Son tan escasas las mujeres nubes! Usted, lector, ¿conoce alguna? No, ¿verdad?, no le tocó esa suerte.

VI.- Cuando me levanto tomo café instantáneo y me siento bien; en la tarde tomo chocolate instantáneo y me siento bien. Es una pena que no haya matrimonios instantáneos, ¡ah, me sentiría tan bien!

VII. ¡Sorpréndeme!, dijo la muchacha bonita a su novio, hazme una casa con un material inusual. Entonces el amado le construyó una casa con paredes de agua. La construcción era bella, pero la muchacha se entristeció cuando vio que el techo estaba hecho con rayos y truenos.