lunes, 23 de julio de 2012

¿REVIVIR EL CECHE? (I de II)




El otro día, en un texto publicado en El Heraldo de Chiapas, mi maestro de Crítica Literaria: Ricardo Cuéllar Valencia mencionó al Centro Chiapaneco de Escritores. Lo mencionó de pasadita, para unir su nombre con el de don Javier Espinosa Mandujano (de quien, por cierto, dice que es uno de los “dos novelistas más sobresalientes hoy en día en Chiapas”. Un exceso que parece dictado por su corazón y no por el riguroso sentido estético literario).
Recordé que hace como dos años, en una reunión de ex becarios del Centro Chiapaneco de Escritores, Mario Nandayapa (quien ahora anda enredado en unir los hilos invisibles entre Chile y México, a través de la cuerda pesada de Neruda) me dijo que hasta ese día se dio cuenta de la trascendencia del trabajo realizado en el Centro. Esa institución formó a varios de quienes hoy realizan obra literaria en Chiapas.
Ahora que medio mundo anda ya “future-ando” y nadie mira hacia los proyectos que realiza Coneculta, porque ya no hay paga (ya se la chuparon toda) es bueno jugar el mismo juego que juegan todos y ver hacia el horizonte.
¿Quién quedará en Coneculta-Chiapas? Varios nombres suenan y algunas brújulas parecen señalar hacia Los Altos. Bueno, don Manuel, el futuro Tatic de la política, tiene enredado ahí su corazón y ya se sabe que donde manda corazón no gobierna marinero.
De las acciones relevantes del pasado conecultero debemos mencionar la creación y funcionamiento del CECHE (de los tiempos de doña Jane y doña Marvin, poco, muy poco, puede decirse, casi nada). El CECHE tuvo su esplendor en tiempos del Doctor Andrés Fábregas Puig. ¿Por qué no revivir dicho Centro en el próximo sexenio?
Apuntaré acá algunas ideas que tienen la pretensión de alimentar la propuesta de remasterizar al Centro Chiapaneco de Escritores y que sea tomada en cuenta por el próximo Director de Coneculta (¿otra mujer? ¡Uf!).
¿Por qué no comenzar a descentralizar el arte en Chiapas? Desde siempre, los talleres literarios se han dictado en Tuxtla Gutiérrez, Chiapa de Corzo, San Cristóbal de Las Casas y Tapachula. ¿Y las demás regiones? ¿Que las coma el chucho?
¿Cuántas regiones constituyen nuestro estado? No lo sé. Entro a Google y busco el dato. Encuentro que, en la actualidad, Chiapas está dividido en quince regiones. ¡Pa’su mecha! Bueno, entonces, para ser congruentes con esta regionalización económica bien puede instaurarse quince regiones que disfruten de las becas del CECHE.
¿Cómo funcionaría este CECHE remasterizado? Bueno, es necesario que en cada una de las regiones exista una Delegación. No, no, el nombre está muy rimbombante y suena a teta burocrática. A cada ínsula se le llamará Plataforma, como si estuviese en medio del mar y fuera el faro para crear luz. ¡Quince Plataformas para Chiapas! ¡Quince faros! Cada Plataforma contará con un coordinador (uno y no más): un escritor destacado de esa región.
En la zona I se propone a Chiapa de Corzo como ciudad sede (sí, que no esté en Tuxtla Gutiérrez. Será una buena señal para evitar la centralización); en la zona II: Cintalapa; zona III: San Fernando; zona IV: Venustiano Carranza; zona V: San Cristóbal; zona VI: Villaflores; zona VII: Bochil; zona VIII: Pichucalco; zona IX: Tonalá; zona X: Tapachula; zona XI: Motozintla; zona XII: Ocosingo; zona XIII: Palenque; zona XIV: Yajalón; y zona XV: ¡Comitán! (va con signos de admiración porque, bueno, ya se sabe que el corazón ta ta ta…).